La bolsa o la vida

A estas Alturas de la Historia de la Humanidad, nadie puede negar que el Capitalismo es una cosa maravillosa: cada uno buscando su propio provecho provoca que el conjunto de la población mejore su nivel de vida. Algo que es a la vez causa y consecuencia de dicha mejora es el Consumo, que algunos tachan despectivamente como consumismo. Veamos uno de los mecanismos que los capitalistas usan para asegurar que las bondades del Consumo no cesan.

Cada día vemos en las noticias la preocupación por el estado del Consumo. No importa que los precios de la vivienda se hundan, que el precio del petróleo vaya montado en las montañas rusas, que los mercados financieros estén en estado de histeria. Lo que en el fondo importa es que los consumidores sigamos consumiendo. Por eso el dato económico más temido es el de las ventas en las tiendas y supermercados, el «high Street» como dicen por aquí. Porque si el consumo se detiene no hay ventas, y se acumulan las existencias, y las empresas tienen que despedir a trabajadores, y no hay inversión, y entramos en un círculo vicioso que arrastra la economía a la recesión. Pero mientras el consumo siga creciendo, la rueda del capitalismo sigue girando. Y mientras consumimos somos felices y aumenta nuestro nivel de vida.

Estaremos de acuerdo entonces que los capitalistas deben hacer lo posible por mantener el consumo, por el bien de todos.

Veamos cual es la última novedad que están utilizando. El vídeo que puedes ver más abajo es de Barclaycard, la rama de tarjetas de pago del banco inglés Barclays. Es un anuncio de una de sus tarjetas que incorpora un nuevo sistema de pago: contactless. La novedad es que en vez de pasar la banda magnética de la tarjeta por un lector, o hacer que un chip haga contacto con el lector, en este caso el lector se comunica con la tarjeta mediante radiofrecuencia (RFID). Gracias a ello, la tarjeta se identifica en el lector simplemente pasándola por delante, como sucede en el metro de Londres con la Oyster ( si has estado en Londres). Fíjate en el vídeo y lo verás claro.

El anuncio muestra la mejor cualidad del producto: pagar pequeñas cantidades (menos de 10 libras) o entrar en el metro es rápido y fácil. La «contactless card» esta diseñada para substituir al dinero «en metálico» para pagos de pequeñas cantidades. Tu pensarás que esta es otra forma de los bancos de hacernos pagar con tarjeta y así meterse las comisiones en el bolsillo. Pero eso es un gran error. Forma parte de algo mucho más importante.

En realidad este sistema de pago está diseñado para salvar la Economía, para nuestro bien. Estudios demuestran que pagar con dinero de plástico aumenta el comportamiento impulsivo, resultando en un incremento del 20% en el valor de las compras (prometo que no me lo estoy inventando, los estudios existen). Supongo que reconoces la situación: estás en una tienda, hay algo que te gusta, no es muy caro, así que decides comprarlo a pesar de que no estás muy seguro, tomas la cartera o el monedero y cuando miras cuánto dinero te queda decides que de todos modos no lo necesitas. Ahí lo que estás haciendo es detener la rueda del capitalismo, el círculo virtuoso que nos beneficia a todos. Esta tarjeta te da el empujón que necesitas, y antes de pensar si te lo puedes permitir, zas! ya lo has comprado. No es magnífico?

Es como cuando en la edad media los asaltadores de caminos les quitaban la bolsa con monedas a los viajantes, monedas que iban a acabar debajo de una baldosa y que en manos de los bandoidos eran reintroducidos en la Economía en forma de vino, cerveza y mujeres. Cuánto ha avanzado nuestra cultura que ahora, en vez de un terrible bandido tienes a una cajera de sonrisa angelical y encima, te llevas un producto a casa que, admitámoslo, querías, qué digo, necesitabas!

9 comentarios

Archivado bajo Economía, TV

9 Respuestas a “La bolsa o la vida

  1. Querido Sirventes.

    Eres mi ídolo…..
    No tengo palabaras….

  2. Pues sí señor, que todo esto del consumismo es algo que no lo acabo de ver tan claro. No podemos seguir consumiendo indefinidamente para mantener un crecimiento constante de la economía. De hecho, es que no se puede crecer constantemente…, ¿o sí? Hmm, quizás una idea para un post. Muchas gracias Sirventés.

  3. ¿Y no será una conspiración del sistema bancario internacional para quitar el dinero en metálico de la circulación y hacer que todos estemos fichados por una máquina que decida si – en caso de que nos hayamos portado bien o mal – tenemos saldo o no?? a ver, a ver…

  4. No hacen falta los estudios. Se puede hacer la prueba en casa.

    Una semana, saca dinero en efectivo al principio de la semana y deja la tarjeta en casa.

    A la semana siguiente, usa la tarjeta a discreccion sin usar apenas efectivo.

    Ya veras la diferencia de lo que te gastas entre una semana y otra!!

  5. Estoy de acuerdo en que las tarjetas sirven para ficharnos cada día un poco más, pero también estoy muy a favor del dinero no metálico.
    Lo malo de todo esto es que la diferencia entre ricos y pobres se evidenciaría tanto que los gobiernos SÍ deberían tomar cartas en el asunto, quizá por eso no se ha extendido el sistema monetario virtual más allá de los puros mercados económico-financieros.
    Por otra parte, ¿imaginaos la de compras que se podría hacer con la tarjeta en tan solo 10 minutos? Mejor no perderla o no tenerla…
    Aunque repito, yo voto por el dinero virtual y como tarjeta la huella dactilar de uno de tus dedos, ¿cuál?, que lo decida una máquina que para eso sirven y mucho.

  6. Qué gran explicación, análisis y comparación!

  7. Ushuaia

    Has estado «excelent» en la elección del tema de tu última entrada.

    El mundo sería diferente si la gente tomara conciencia de que sería mucho más efectivo plantearse dejar de consumir compulsivamente durante cierto espacio temporal (un año por ejemplo), limitándose al consumo única y exclusivamente de aquellos productos realmente básicos y necesarios para su subsistencia, que perder el tiempo movilizándose mediante protestas y manifestaciones orquestadas por individuos cuyo estilismo «harapiento» resulta tan costoso como vestir otras marcas más convencionales.

    En tiempos donde los Estados carecen cada vez de una menor influencia sobre una economía globalizada, (no entiendo la «Obamamanía» con la que nos han martilleado, al menos desde España), la única arma que posee el consumidor para paliar su indefensión ante las grandes corporaciones consiste en su consumo racional y controlado.

    La humanidad seguirá yendo a la deriva mientras sigamos empecinados en tratar vanamente de mitigar nuestras insatisfacciones y frustraciones vitales con la adquisición de todo tipo de artículos y bienes del todo prescindibles. Reconquistar el poder a las grandes corporaciones, en vista del tiempo y las ingentes sumas de dinero invertidas en marketing, se presenta, hoy por hoy, como una mera utopía.

    Mientras se opte por modelos automovilísticos cuyas prestaciones y «sistemas de seguridad» (a 150 km/h solo el azar te salva) camuflan sus altos niveles de consumo, cada vez que una gran campaña de marketing o una buena imagen de marca consiga batir records de ventas lanzando al mercado productos que en absoluto son novedosos ni suponen una revolución en nuestra vida (el iPhone, el último juego de turno de la Play, etc…) y, en definitiva, mientras que las decisiones individuales de consumo sigan viéndose influidas por una cada vez más manipulada masa social, la hegemonía de las grandes corporaciones seguirá vigente.

  8. Víbora

    ¡Todo un invento!
    Cuánto más se separe el acto de comprar del hecho de que has de pagar, más se favorece la compra compulsiva.

    Y la pregunta de Rham me deja muy preocupado.

  9. gallega85

    Ese anuncio me da ganas de coger la tarjeta… y no parar hasta gastarle la banda magnética…

Replica a flekyboy Cancelar la respuesta